Uniformidad del carácter de un tono e imaginación de tonos: "Top-tones for the saxophone"

Uniformidad del carácter de un tono

El propósito de este ejercicio es alcanzar uniformidad en el carácter y el volumen de todo tono. Los tonos contiguos pueden ser prácticamente idénticos en ese sentido. Pero es bien entendido que un tono sobre “HIGH C” nunca suena como un tono en el registro bajo. El primero siempre será más brillante y con menos volumen que el siguiente. Pero si el estudiante es consciente de ese hecho sabrá tomar ventaja del mismo. Deberá esforzarse por adherir volumen a los tonos más altos y brillantez a los más bajos. Toque el mismo tono, primero con más, después con menos presión (originada en los músculos de la mandíbula inferior) en la boquilla. La cantidad de aire fluyendo debe ser ajustada para balancear los grados cambiantes – aunque leve – de la presión en la embocadura. El nivel de volumen no debe variar; sólo el color cambia. Aplique el mismo criterio en los registros bajos y altos.

Proceda con los siguientes ejercicios después de que los resultados deseados se hayan cumplido.


Asegúrese de alcanzar uniformidad en el color y volumen de estos dos tonos. La cierta dificultad acá se debe al hecho de que G agudo es interpretado con la tecla de la octava más baja, mientras que A es tocada con la más alta.
5 Indica Db cerrada.
 0 indica Db abierta.

Imaginación de tonos

Toda actividad musical es el producto del equilibrio entre una vívida, colorida y exacta imaginación de tonos y una habilidosa producción de la misma. Sin un concepto preciso de la música a ser reproducida, somos incapaces de reproducirla de una forma convincente. Un comando y control incompleto de la producción de tonos hace imposible el proyectar la experiencia de nuestro oído interno completamente. Entonces, el estudiante debe desarrollar su oído interno tanto como practica con su instrumento.
La deliberada “imaginación” de un tono es una actividad de la mente tan concisa como la imaginación de un triángulo con propiedades definidas, como el tamaño, la forma, el color, etc. Con respecto a un tono, dichas propiedades deben incluir afinación, volumen, calidad, timbre, estabilidad, duración, etc. Activar la mente al punto de “imaginar” un tono en quietud circundante es relativamente fácil. Como sea, cuando otro tono es oído al mismo tiempo, se torna más complicado.
Aún más complejo es cuando soy quien produce ese tono, no sólo porque estoy directamente ocupado en su producción, sino más aún porque, para producirlo en el instrumento, debo poseer un concepto de este, del cual producir el comando: produce este tono. Cuando esto se ha hecho, el tono es para mí una observación también – Oigo el tono. Ahora nueva actividad mental debe empezar: “imaginación” de tonos frescos. Será más fácil empezar con la afinación idéntica con la observada. Y ahora, paso a paso – mientras aún toco el tono original en el instrumento – asciendo al unísono, probablemente en escala, al tono que quiero alcanzar.
En el caso de nuestro ejercicio, significa que toco D en el saxofón y, después de identificar el tono en mi “imaginación” con esa afinación, gradualmente (pensando, así es!) subir hasta A. No será fácil y puede tomar varios intentos antes de tener éxito. Y sólo porque yo sé lo que pienso, sólo yo puedo saber cuándo he tenido éxito. Ningún maestro puede controlar lo que hago “adentro”. Pero la fuerza de la “imaginación” de un tono obtenida en este ejercicio a la larga determinará mi éxito en los ejercicios posteriores de este curso que estamos llevando a cabo.
Aún hay otro aspecto en este ejercicio. Formar un concepto de un tono dentro del rango normal de mi voz es más bien fácil. Un poco más de fuerza interna se necesita para formar un concepto de un todo dentro del rango de teclas de mi instrumento, y ya fuera de mi voz. Y la formación de un concepto para un tono externo y también el rango necesitan un esfuerzo mucho mayor.

En la lista de armónicos naturales, la octava, quinta y cuarta son los primeros tres intervalos, con las respectivas proporciones de 1:2, 2:3 y 3:4. Son, entonces, especialmente adecuados para ejercicios de escucha. En la siguiente práctica, el estudiante deberá considerar las quintas y cuartas como si estuviesen escritas separadamente.
Al comienzo empezamos y reproducimos D. Luego, mientras aún tocamos D, avanzamos pensando la A. Debemos pensar ésta A tan vívidamente que tenemos la experiencia de realmente escuchar una quinta. 
Cumplido esto (y no antes) cambiamos nuestra posición de los dedos para tocar A. Ahora la imaginación de tonos y sonidos acústicos deben coincidir. Estamos listos para el siguiente paso:
Pensar E cuando continuamos tocando A. El completar este ciclo debería tomar unos pocos minutos. Y como nuestro poder para concentrarnos es tristemente descuidado, tomará un buen tiempo antes de que aprendamos por completo este aparentemente fácil ejercicio. Desde que el crecimiento de la fortaleza de mi mente es un proceso orgánico, sucede sin avisar que necesita atención diaria; no un largo tiempo con los ejercicio, sino 5 o 10 minutos todos los días, i.e., probablemente una línea un día, inclusive media.

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